Expedición Quequén

Espacio de escritura tablonera. En esta ocasión, un breve texto de Demi Arce.


Por Damián Arce:

Sus puntos de referencia eran el mar, la playa y toda la cadena familiarizada con los conceptos anteriormente nombrados.

El puerto, junto con sus barcos que entraban y salían, le daban vida a los caballos salvajes.

Los ortodoxos, buscaban amparo en sus puntos de referencia, donde todavía perduran sus anclas de un pasado no muy lejano.

En el hemisferio de Quequén, abundan los objetos ideales; los cuales son convocados, anhelados y disueltos en un instante por los caballos salvajes.

Dentro de estos objetos, encontramos los visuales y los auditivos; como el color del naciente amanecer o atardecer, el remoto grito de una gaviota, el sol y el agua reflejados contra el pecho del surfista.

LA SENSACION que se percibe en el ambiente, de aquel que se deja llevar por el mar y también por sus sueños.

Meros OBJETOS POETICOS CREADOS POR NOSOTROS, LOS AUTORES.

Estos objetos pueden duplicarse o borrarse y perderse para siempre, dependiendo de los detalles con los cuales los caballos los recuerden.

Negar el tiempo, es razonar que el presente es indefinido y que el futuro no tiene realidad sino como esperanza presente. EL PASADO NO TIENE REALIDAD SINO COMO RECUERDO PRESENTE.

Al principio, se creyó que era un caos; pero ahora se sabe que los cosmos coordinaron conjuntamente para que suceda.

Dispersos de la tribu: el mundo está cambiando, nuestra tarea prosigue en la ardua espera y en un correcto accionar para que podamos embarcar nuestro viaje lo más pronto posible.

Durante los meses que se postergaron a la expedición fallida, se mostraron fotos y videos de aquello que con tantas ansías iban a buscar: LA OLA MADRE.



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